La Pandera, los llanos de la nava 14/05/2011
La Pandera, Los Llanos de la Nava. Son las 7, 30 horas. Salimos de Martos. Miguel Yeguas, el gran asesor, el profundo conocedor de la Sierra, me acompaña.
33 km.. Aparcamos en el Puerto Cobertera. 1150 metros de altitud. A nuestra derecha se alza el Cerro de la Luna, en Ventisqueros, 1763 m. Lo reconocemos. Estamos en la cara sur de la gran mole: La Sierra de la Pandera, 1872 metros sobre el nivel de mar. Puerto conocido, partida cargada de interrogantes, de posibilidades.
El camino que conduce a un cortijo próximo nos acerca al saludo amistoso de unos enormes perros, guardianes de las ovejas. Unos patos se pasean ajenos a su entorno por el
estanque circular del agua. Nos acoge una vereda. Nuestra vereda, nuestra amiga. Nuestra guía.
Vereda que abraza suavemente la Sierra , por la cara este, y nos introduce en un inmenso paisaje. Es necesario pisar en el lugar oportuno. La vereda, firme, antigua, cargada de historia, cargada de caminantes de antaño, nos acepta. La subida es fácil. Los pequeños altos nos permiten otear al próximo y conocido Pitillos. El Pantano, espejo matinal, nos lanza reflejos solares molestos. Un hilillo acuoso, serpentea por la superficie.
- Parece que fuera el agua del río, que por diferente temperatura se adentrara camino de la presa.
- Eso parece.
La bruma empieza a disiparse. La vereda nos va a mostrar su sabiduría acumulada. La mano del hombre queda patente. Para salvar la subida se han construido muros de piedra,
que dan consistencia a la vereda. Nos permite pisar firmes, seguros. La superficie ganada a la sierra nos ofrece un piso amplio. Subimos. Respiramos. Subimos. Un poco más.
- En las subidas lo mejor es no mirar a la meta, no pensar en el camino. Sólo recorrerlo.
- Acepto tu sabio consejo.
Aunque acudo a preguntas fáciles que me permiten dejar de hablar. Descansar. Y continuar con la conquista de la primera meta.
Ya en la cara sur nos alejamos. En primer plano La Cresta de Matamulos. Aun no vemos la cima de la Cruz de la Chimba. (1125 m.). El telón de fondo lo conforma Grajales. A su izquierda Puerto Alto. A su derecha los Llanos de Palomares. Muy al fondo El Almaden.
Estamos arriba. Primera batalla. Nuestra próxima meta el Pilar. ( ver foto). Un último esfuerzo, ascendemos suavemente. Sin querer, casi sin notarlo, llegamos a los Llanos de la
Nava, 1477 m. La nieve, La Pandera está a nuestro alcance. Una alfombra mullida nos soporta, nos mece. Extensa llanura, en lo alto, impensable. Gozosa. Toca descender. El Cagasebo nos sirve de referencia. Más abajo Peñablanquilla. Dejamos a la derecha la Fuente del Obispo. La casa, en piedra, abandonada. Antigua casa forestal. Los hitos recientes nos permiten ascender hasta el Puerto de la Hoya. Civilización. El descenso más suave nos lleva hasta Los Villares. En total los 12- 14 km de disfrute. Tan próximos y tan alejados. Tan llenos. El esfuerzo mereció la pena.