La noche más corta del año congregó a cientos de marteños

La noche de San Juan es el fruto de la cristianización de un rito pagano, la llegada del solsticio de verano. A partir de esta fecha el sol empieza a decaer (los días comienzan a acortarse lentamente) y, para ayudar al astro en ese trance, se le alienta con el fuego de las hogueras. Tradición que volvió nuevamente a cumplirse en el entorno de la Plaza de la Constitución, que acogió a cientos de marteños que quisieron ser participes de las actividades programadas por la Asociación de Vecinos Santa Marta-La Plaza y la concejalía de Juventud y Festejos.

Este año la Junta Directiva de la AA.VV Santa Marta-La Plaza, decidió otorgar el nombramiento de Hogueros Mayores 2015, tal y como explicó su presidenta, María Angustias Luque, a “dos familias que han trabajado en favor de nuestro barrio desde siempre. Han formado parte activa de nuestra asociación, y de manera desinteresada han colaborado en cuantas actividades han sido requeridos. Pero quizás lo más importante para todos nosotros, es que llevan al barrio de la Plaza en sus corazones. Por ello, hemos decidido otorgar a Salvador López y su esposa, así como a la actual secretaria de la asociación, Manuela Donaire y su esposo, el máximo honor de esta feria”. Reconocimiento que estuvo acompañado de los aplausos y cariño de sus vecinos, que consideraron más que justificado el nombramiento de los mismos.

El alcalde de Martos, Víctor Manuel Torres, quien estuvo acompañado de la responsable de la concejalía de Festejos, Rosa Mª Barranco, entregó a los homenajeados unas placas conmemorativas y los felicitó en nombre de todos los marteños. Torres Caballero, durante su intervención volvió a ratificar el compromiso del actual equipo de gobierno municipal con el casco histórico marteño, manifestando que “para nosotros siempre ha sido y será un objetivo prioritario, la puesta en valor y rehabilitación de esta zona histórica de nuestra ciudad, ya que en este barrio están las raíces de la mayoría de nosotros”.

La velada continuó con la lectura del conjuro y encendido de la hoguera teatralizada, en la que simbólicamente el fuego tiene una función “purificadora” en las personas que lo contemplaban, y donde fueron arrojados los tradicionales muñecos de trapo llamados Juanillos, así como los malos augurios. Para finalizar, se repartieron cientos de pestiños y una gran cantidad de poción mágica.

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